Son muchas las personas que, por diversos motivos, se deciden en España y en todo el mundo por adoptar a un niño o a una niña, al margen de la presencia o no de hijos biológicos, pero lo cierto es que este no es un camino nada fácil. Actualmente el número de interesados en nuestro país se cifra en unas cincuenta mil familias, pero aquellas que lo consiguen son muy pocas, pues las listas de espera se eternizan y son casi mínimas las adopciones que llegan a formalizarse. Pero, ¿por qué? ¿Qué tipo de trabas existen o qué papeleos son necesarios para poder adoptar en España? ¡Resolvemos todas las dudas a continuación!
Pasos y fases del proceso de adopción en España
Si hay algo que juega en contra de toda aquella persona que desee tener hijos de forma natural es sin duda la edad, pero no es menos cierto que también es un problema muy importante con respecto a las adopciones, ya que existen también límites a la edad en cualquier país del mundo para adoptar, fijados en España en los 45 años. Y eso si hablamos de niños con algún que otro año ya cumplido, pues si nos referimos a recién nacidos la misma no puede superar los 40 años, pues nuestra regulación no contempla que pueda existir una diferencia mayor de esa cifra entre un bebé y un padre o una madre.
Todo esto dificulta ya un proceso que en sí mismo tiende a eternizarse, pues el objetivo de las instituciones y de todas las comunidades autónomas es procurar que las familias que tengan problemas con el cuidado de sus hijos puedan reconducirse y acabar con los mismos antes de incluir a sus hijos en un registro de adopción. Esto hace que suela recomendarse siempre a todas las personas interesadas en adoptar el llamado “servicio de acogida”, donde se atiende a numerosos niños y recién nacidos en momentos puntuales y en espera de que sus padres puedan solucionar sus problemas, lo que muchas veces no ocurre, y en dichos casos sí que puede terminar convirtiéndose la acogida en un proceso de adopción.
En cualquier caso, y para poder solicitar el acceso a un proceso de adopción en España, los interesados pueden dirigirse al ayuntamiento o a los servicios de su comunidad, aunque es posible apuntarse en otras comunidades también aunque con menos posibilidades de ser aceptados o elegidos como familia adoptiva, pues ser de la comunidad que abra el proceso es casi siempre uno de los puntos a tener en cuenta. Dichos procesos suelen abrirse durante un par de meses con una media temporal de unos 5 años (aunque esto puede variar según las necesidades), por lo que es fundamental estar muy pendientes para no perderse el plazo de inscripción y poder tener todos los papeles preparados llegado el momento. Por ejemplo, en Madrid dicho proceso se abrió en 2022 y no se abría desde el año 2015, lo que puede suponer que en esa espera muchas parejas o personas solteras interesadas se vean fuera del proceso por llegar muy al límite o por superar la edad en el momento del plazo. Pero, ¿cuáles son los requisitos que se exigen además de la edad?
Requisitos para poder adoptar en nuestro país
El principal requisito para poder adoptar en España es tener muchas ganas de tener un hijo y de darle amor y cumplir con la edad establecida, pues en la primera solicitud tan solo será necesario rellenar datos básicos como la edad, la dirección, si se desea adoptar a niños recién nacidos o también más mayores, y si dicho ofrecimiento incluye a niños que puedan presentar determinados problemas o enfermedades.
Otros datos, como el nivel económico de los solicitantes o su estado psicológico, solo deberán acreditarse si la comunidad contacta con los interesados, lo que en la mayoría de ocasiones no suele ocurrir debido al escaso número de niños que necesitan ser adoptados al año. Tras la inscripción en el proceso y la validación de la solicitud, se asocia un número de expediente y se realiza un sorteo para establecer el orden de llamada, aunque dicho sorteo solo es uno de los criterios de prioridad y no el único. Otros requisitos fundamentales para poder adoptar son:
- Edad que pueden tener los padres
El requisito primordial para adoptar en España es haber cumplido los 25 años, aunque en el caso de las parejas tan solo se exige que al menos uno de los miembros de la misma los tenga en el momento de iniciar el proceso. Esto es importante porque el niño tiene que llevarse con sus padres adoptivos un mínimo de 16 y un máximo de 45 años, siendo el tope de 40 si hablamos de recién nacidos o de hasta 45 también en el caso de que sean recién nacidos con necesidades especiales o grupos de hermanos. Para el caso de aquellas parejas que no tengan la misma edad, se realiza una media entre la edad de ambos solicitantes.
- Perfil de los solicitantes
En España se permite la adopción a personas tanto casadas como solteras o incluso viudas, pero en el caso de las parejas sí que se exige haber convivido al menos durante dos años antes de iniciar el proceso de adopción y ser personas convivientes bajo un mismo techo. Sin embargo, existen otras particularidades importantes, como en el caso de las parejas del mismo sexo, a las que sí se les exige el estar casadas para poder adoptar (no siendo válido el ser pareja de hecho), o en el de las personas solteras, que aunque se les permite también el solicitar la adopción, no suelen tener prioridad en el proceso en algunas comunidades con respecto a las casadas o convivientes.
- Buen estado de salud y expediente
Si los solicitantes y admitidos en el proceso de adopción son llamados por la comunidad a la que hayan dirigido su solicitud, entonces empezarán la segunda parte del proceso, que incluye entrevistas personales, evaluaciones psicológicas y entrega de documentación sensible e importante como un certificado de salud, otro que acredite el estar libre de antecedentes penales y otro que indique la capacidad económica, tras lo que se otorgaría a la familia, de ser el caso, el llamado “certificado de idoneidad” con el que poder ejercer la patria potestad y que da paso a un posterior curso de preparación.
- Estabilidad e independencia económica
Aunque tener una economía solvente sería lo deseable para cualquier familia con niños, lo cierto es que es algo que solo se analiza en el caso de las adopciones, donde las familias que son llamadas para continuar en el proceso deben presentar documentos que acrediten su situación económica o su formación, y mostrar incluso su domicilio a los servicios sociales, con el objetivo de que estos últimos puedan acreditar el ofrecer un entorno estable y seguro al menor para poder adoptar.
Una vez superados todos estos pasos, tan solo quedará esperar la adjudicación del menor, que convivirá con sus padres adoptivos primero durante un período de unos 6 meses en régimen de “acogimiento” o “pre-adopción”, tiempo durante el cual un juez deberá dictaminar una resolución de formalización de la adopción del menor, y los servicios sociales garantizar una buena adaptación del mismo a su nuevo hogar antes de su inscripción en el Registro Civil.
El largo y duro proceso de adoptar un niño
Cualquiera que conozca a alguien interesado en adoptar en nuestro país, o que lo haya hecho, sabrá que se trata de un proceso muy duro y dilatado en el tiempo, lo que lleva a muchas personas y parejas a informarse de los procesos adoptivos en el extranjero, aunque este ya no sea un proceso gratuito, sino uno muy caro (con una media de 15.000 euros de gasto dependiendo del país), y en el que los requisitos pueden variar mucho con respecto a España.
Aquí hablamos de una media de 5 o más años de espera en el mejor de los casos (siendo en el extranjero de una media de 2), lo que sin duda puede minar los ánimos de muchas personas mientras se van acercando, lamentablemente, a ese límite de edad que la legislación impone. En cualquier caso, es muy importante comprender que la ley solo busca el bienestar de los menores, y por eso siempre se procura que puedan permanecer con sus familias biológicas cuando esto sea posible, y que sea largo también el proceso de comprobación de la idoneidad de las familias adoptivas, pues de lo que se trata es del correcto cuidado y futuro del menor. No olvidemos nunca que, adoptar un niño, es una decisión trascendental que requiere cumplir con una serie de requisitos legales y personales y que no se puede anular.